Consejos para corredores con alergia al polen
Si se sufre de alergia al polen, correr al aire libre puede ser una experiencia desagradable cuando los alergenos flotan en el aire en gran cantidad. La temporada alta del polen comienza en marzo, está en su apogeo en primavera, y puede durar hasta el otoño.
Si se sufre de alergia al polen, correr al aire libre puede ser una experiencia desagradable cuando los alergenos flotan en el aire en gran cantidad. La temporada alta del polen comienza en marzo, está en su apogeo en primavera, y puede durar hasta el otoño.
Tener alergia al polen es común: con distinta intensidad y frecuencia, la sufren una de cada tres personas. Pero no tiene que ser un freno para practicar deporte al aire libre ni para disfrutar de los espacios verdes. Solo hay que tener en cuenta unos sencillos consejos.
1. Planifica el entrenamiento cuando los niveles de polen son más bajos
La cantidad de polen que se encuentra en el aire varía según la hora del día. Conocer cuándo el polen que nos causa la alergia está en sus niveles más bajos y más altos es imprescindible para decidir cuál es la mejor hora para entrenar al aire libre o para hacerlo en un gimnasio o espacio interior.
En general, se recomienda correr entre las 11 y las 18 horas, porque el polen de la mayoría de especies de plantas aumenta por la noche y la madrugada con algunas excepciones. Por ejemplo, el polen de la ambrosía, a finales de verano y principios del otoño, está más alto por la mañana.
Para conocer cómo están los niveles de cada tipo de polen y las previsiones puedes visitar webs como polenes.com, creada y actualizada por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica. Esta organización también ha desarrollado la app Polen Control, donde podemos darnos de alta y seleccionar los pólenes a los que somos alérgicos para recibir avisos cuando los niveles aumentan en nuestra zona.
Además, las comunidades autónomas tienen webs que ayudan a conocer los niveles de polen al minuto.
Algunas personas pueden desarrollar síntomas cuando el nivel de polen es de 20 a 100 granos por metro cúbico, mientras que otras toleran niveles mucho más altos. Si se puede conocer el nivel de polen y establecer una relación con los síntomas, podremos utilizar la información eficazmente para decidir los días y las horas en que podemos salir a correr sin temor.
2. Si hace viento, mejor no correr
El viento aumenta la concentración de polen y puede transportarlo a distancias largas, hasta cientos de kilómetros. Por eso los corredores alérgicos pueden evitar correr estos días y los siguientes, cuando todavía hay mucho polen flotando.
En cambio, después de la lluvia hay menos polen en el aire. Y la humedad posterior a la lluvia puede mantener bajos los niveles de polen durante varios días. Por tanto, es un buen momento para correr si se sufre de alergia estacional.
Sin embargo, si la lluvía dura varios días, puede romper el polen y aumentar la concentración en el aire.
3. Usar gafas de sol envolventes
Si te pican y lloran los ojos al entrar en contacto con el polen, las gafas de sol que se adaptan a la forma de la cara y cierran el paso al aire por los lados pueden ser adecuadas para reducir el contacto de los ojos con los pólenes alergénicos.
A veces también es útil ponerse unas gotas de colirio antihistamínico aproximadamente una hora antes de salir a correr. Este colirio evita que el cuerpo reaccione de forma exagerada a los alérgenos.
4. Correr con dos mascarillas quirúrgicas o con una FPP2
La pandemia Covid-19 nos ha acostumbrado al uso de mascarillas, que tienen sus ventajas, más allá de la protección frente a los virus. También pueden evitar o reducir la entrada de pólenes en las vías respiratorias.
Como hay pólenes muy pequeños es recomendable utilizar dos mascarillas quirúrgicas a la vez o una FPP2. También se puede usar una mascarilla higiénica de algodón.
5. Tomar los medicamentos antihistamínicos antes de correr
Si se sabe que el polen va a provocar síntomas y se está acostumbrado a una medicación eficaz bajo control médico, se puede tomar la pastilla una o dos horas antes de salir a correr. Es recomendable hablar con el médico de cabecera o el alergólogo sobre cuándo es mejor tomar la medicación y cómo combinarla con el entrenamiento.
Si uno de los síntomas de la alergia es el asma, se puede usar el inhalador unos 15 minutos antes de comenzar a correr. Además es importante realizar un calentamiento y aumentar progresivamente la intensidad de la carrera.
6. Ducharse después de correr
A menudo los síntomas no aparecen inmediatamente, sino después de regresar a casa. Para reducir las probabilidades, es aconsejable ducharse y ponerse ropa limpia inmediatamente después de llegar a casa. Esto evita que se siga respirando el polen que se ha depositado en la ropa de correr.