Cómo llevarte bien con tu cuerpo
Mejora tu conciencia corporal para mejorar tu equilibrio, la percepción de tu cuerpo y tu autoimagen. Puedes hacerlo a través del ejercicio físico y el autocuidado.
Es un hecho que somos nuestro cuerpo y, sin embargo, a menudo lo olvidamos, no atendemos sus necesidades, porque estamos distraídos con otras cosas.
Podemos creer que lo cuidamos porque hacemos deporte para tener buen aspecto y ser físicamente fuertes, pero quizá no descansamos lo suficiente, lo que revela que no acabamos de tener una relación armoniosa con nuestro propio cuerpo.
Las consecuencias pueden manifestarse con lesiones y, sobre todo, con una sensación de insatisfacción crónica. Lo que necesitamos es una mayor conciencia corporal.
¿Qué es la conciencia corporal?
La conciencia corporal es la capacidad de estar conectado con el propio cuerpo. Implica darse cuenta de cómo se encuentra cada parte de nuestro cuerpo, cada músculo y cada tendón, cuál es nuestra frecuencia cardiaca y nuestro ritmo respiratorio, saber si tenemos alguna sobrecarga, alguna contractura o distensión o cuál es nuestro nivel de energía disponible. También si tenemos hambre o sed, si estamos tensos o relajados.
Cuando atiendes las señales de tu cuerpo, puedes comprender mejor lo que necesitas en cada momento. Esto significa que puede notar la diferencia entre hambre, sed, cansancio y angustia emocional.
Una parte de la conciencia corporal es la propiocepción, que te permite reconocer dónde está tu cuerpo en el espacio. Involucra el sistema propioceptivo, que te dice dónde y cómo se mueven tus músculos, así como el sistema vestibular , que está formado por órganos en el oído interno que están a cargo de la orientación espacial. El sistema vestibular le permite mantener el equilibrio, la postura y la estabilidad de la cabeza.
Ventajas de tener una buena conciencia corporal
Si tienes una buena conciencia corporal, si te llevas bien con tu cuerpo, puedes conseguir que haga lo que tú quieres, eres un buen piloto de tu cuerpo y este responde adecuadamente. Además, gozas de equilibrio y estabilidad. También ayuda a comer lo que necesitas, ni más ni menos, por lo que tu peso es óptimo y estable.
Si una mala conciencia corporal se relaciona con baja autoestima, inseguridad, ansiedad o tendencia a la depresión, la buena conciencia corporal se asocia con autoaceptación, vitalidad, optimismo e, incluso, mejor gestión del dolor.
La conciencia corporal te permite tomar las decisiones correctas. Por ejemplo, si sientes que te falta energía, toma una siesta porque te hace falta descansar, en lugar de beber un café o comer una barrita energética cuyas calorías, en realidad, no necesitas.
¿Cómo se puede mejorar la conciencia corporal y la relación con el propio cuerpo?
El ejercicio físico, en general, mejora la conciencia corporal. Esto es especialmente cierto en las actividades que hacen énfasis en la precisión de los movimientos y posturas que se adoptan.
- Los ejercicios de equilibrio activan los sistemas propioceptivo y vestibular. Pueden ser tan simples como caminar sobre una línea recta pintada en el suelo o mantenerse sobre un pie.
- El yoga es una de las formas más conocidas y practicadas de trabajar la conciencia corporal. Obliga a reconocer los propios límites, trabaja la coordinación entre los movimientos y la respiración y promueve una actitud relajada y atenta a las sensaciones que proceden del cuerpo.
- El taichí es la antigua gimnasia china, relacionada con las artes marciales. Implica movimientos lentos y precisos que se coordinan con la respiración y, a veces, con visualizaciones.
¿Quieres hacer un ejercicio sencillo de conciencia corporal, ahora mismo, estés donde estés? Solo tienes que caminar hacia atrás. Al hacerlo estás obligado a relacionarte con tu cuerpo de una manera nueva, porque los movimientos automáticos que realizas normalmente no te sirven. Asimismo involucra músculos que no se usan con regularidad. Asegúrate de estar en un entorno seguro y quita cualquier obstáculo de tu camino antes de intentar caminar hacia atrás.
Reconcíliate con tu apariencia
Otro aspecto de la conciencia corporal tiene que ver con la autoimagen. Es frecuente ser demasiado crítico con el propio cuerpo, lo que causa insatisfacción y puede llevar a decisiones arriesgadas para la salud, como hacer régimen hipocalórico cuando no es necesario.
La omnipresencia en redes sociales y la publicidad de modelos con un cuerpo perfecto hace que por comparación salgamos perdiendo. No hay nada malo en admirar la belleza, pero necesitamos aprender a valorar toda la belleza, incluida la propia. En cambio, la crítica, tanto de los cuerpos ajenos como del propio, no lleva a ningún sitio.
Si no puedes evitarlo y tu aspecto te hace sufrir, busca ayuda psicológica, porque es un problema complejo en que solo un profesional puede guiarte. Si crees que no necesitas ayuda, pero te gustaría llevarte mejor con tu cuerpo, puedes comenzar por cuidarlo: hacer ejercicio, comer bien, descansar, hidratarte, aprender a relajarte, etc. Puedes ir un poco más allá: hazte un masaje o ve a un spa o disfruta comprando ropa que te haga sentir bien.
Luego, además, puedes iniciar un plan de ejercicio realista con el que poco a poco puedes ir moldeando razonablemente tu cuerpo, pero solo podrás hacerlo si antes has aceptado que es tu amigo.
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