Cómo y cuándo aplicar frío o calor en las lesiones

13 mar. 2023

Calor y frío son propiedades opuestas, pero ambas pueden utilizarse en fisioterapia para reducir las molestias y acelerar la recuperación de lesiones frecuentes en la práctica deportiva. ¿Cuándo elegir la bolsa de hielo y cuándo la almohadilla térmica? Los tratamientos del dolor con calor o frío pueden ser extremadamente eficaces para una serie de afecciones y lesiones diferentes. Como regla general, el frío se utiliza en las lesiones con dolor e hinchazón agudos. En cambio, el calor se aplica sobre la rigidez y el dolor muscular.  

Calor y frío son propiedades opuestas, pero ambas pueden utilizarse en fisioterapia para reducir las molestias y acelerar la recuperación de lesiones frecuentes en la práctica deportiva. ¿Cuándo elegir la bolsa de hielo y cuándo la almohadilla térmica? Los tratamientos del dolor con calor o frío pueden ser extremadamente eficaces para una serie de afecciones y lesiones diferentes. Como regla general, el frío se utiliza en las lesiones con dolor e hinchazón agudos. En cambio, el calor se aplica sobre la rigidez y el dolor muscular.  

 

¿Qué hace el calor? 

La terapia de calor funciona porque mejora la circulación de la sangre en la zona afectada. Además, el aumento de la temperatura puede relajar y calmar los músculos, y aumentar su flexibilidad.   

 

¿Cuándo está indicada la aplicación de calor?   

Suele estar indicado en dolencias crónicas o que llevan días de evolución, cuando la fase de inflamación aguda ha pasado. Es frecuente aplicar calor sobre contracturas, agujetas, molestias debidas a malas posturas y molestias causadas por la artritis.    

 

Calor seco o calor húmedo 

Hay dos tipos diferentes de terapia de calor: calor seco y calor húmedo.  

  • El calor seco se aplica localmente mediante almohadillas térmicas o bolsas de agua caliente, por ejemplo. La sauna o el baño caliente actúan sobre el cuerpo entero.   
  • El calor húmedo procede de toallas al vapor o baños calientes. Puede ser un poco más efectivo que el calor seco y requiere menos tiempo de aplicación para obtener los mismos resultados. 

 

También se pueden aplicar tratamientos profesionales de termoterapia mediante aparatos de microondas o ultrasonidos, que generan calor en los tejidos. La aplicación de calor puede ser local o de cuerpo entero. La terapia local está indicada en las contracturas musculares, por ejemplo. Es tan sencillo como poner sobre la zona un pack de gel calentado o una bolsa con agua caliente. Si la terapia de calor no ha ayudado a disminuir el dolor o la incomodidad después de una semana, o si el dolor aumenta en unos pocos días, es necesario volver a ver al médico. 

 

Cuándo no se debe aplicar calor  

Hay ciertos casos en los que no se debe usar la terapia de calor. Si el área en cuestión está magullada o hinchada (o ambas cosas), puede ser mejor usar terapia de frío. La terapia de calor tampoco debe aplicarse a un área con una herida abierta. Las personas con ciertas enfermedades -como diabetes, dermatitis, trombosis venosa o esclerosis múltiple- tampoco deben usar la terapia de calor debido al mayor riesgo de quemaduras o complicaciones. No se debe utilizar el calor si se sufre una infección porque podría favorecer el agravamiento. En cualquier caso, si se experimenta un aumento de la hinchazón, hay que suspender el tratamiento inmediatamente. 

 

¿Cuál es la temperatura adecuada? 

Es suficiente con que se sienta el calor, no hace falta que esté muy caliente porque no se consiguen más beneficios y se podrían producir quemaduras.   

 

¿Cuánto tiempo se aplica el calor?  

La rigidez o la tensión menores a menudo se alivian con solo 15-20 minutos de terapia de calor. El dolor de moderado a intenso puede beneficiarse de sesiones más largas, como baños tibios que duran entre 30 minutos y dos horas. 

 

¿Qué hace el frío? 

La terapia de frío también se conoce como crioterapia. Es  eficaz porque reduce el flujo de sangre, lo que disminuye la inflamación y la hinchazón que causan dolor, especialmente alrededor de una articulación o un tendón. Puede reducir temporalmente la actividad nerviosa, lo que también puede aliviar el dolor. 

 

¿En qué casos se aplica el frío? 

El frío está indicado en las lesiones deportivas traumáticas agudas o en patologías que conllevan inflamación y dolor, como esguinces, tendinitis en fase aguda, rotura de fibras musculares, golpes, etc. También se puede usar el frío para favorecer la recuperación después de un entrenamiento intenso.  

 

¿Cómo se aplica el frío?  

Hay varias formas diferentes de aplicar la terapia de frío en un área afectada. Algunas opciones son: 

  • Bolsas de hielo o bolsas de gel congelado 
  • Aerosoles refrigerantes 
  • Masaje con hielo 
  • Baños de hielo 

Para el tratamiento en casa, aplica una bolsa de hielo envuelta en una toalla o toma un baño de hielo en el área afectada. Pero ten cuidado: nunca se debe poner un objeto congelado directamente sobre la piel, ya que puede dañarla y afectar, incluso, a tejidos más profundos y a los nervios. Para evitarlo, pon en medio un paño suficientemente grueso. Hay que tener en cuenta que los efectos beneficiosos del frío comienzan a apreciarse con temperaturas inferiores a 10ºC. Para beneficiarse de los efectos del frío sobre la recuperación posentrenamiento o poscompetición es suficiente con tomar un baño de 10-15 minutos en agua bien fría, pues favorece el retorno venoso y la recuperación muscular. 

 

¿Cuánto tiempo se aplica el frío? 

El frío hay que aplicarlo cuanto antes para reducir la inflamación aguda. 10-15 minutos son suficientes. Después se pueden repetir las aplicaciones, siempre breves, a lo largo del día. Si es posible, para obtener mejores resultados, nos podemos tumbar y mantener elevada la zona afectada. Si los síntomas no han mejorado o han empeorado en un plazo de 48 horas, es necesario acudir al médico.    

 

¿Cuándo no se debe aplicar frío?  

No se debe aplicar frío sobre músculos o articulaciones contraídos o rígidos, ni si se sufre de mala circulación sanguínea.  Las personas que tienen algún trastorno que afecte a su percepción sensorial tampoco deben aplicarse ellos mismos el frío porque podrían hacerse daño.  Si se sufre una enfermedad cardiovascular o cardíaca, hay que consultar con el médico antes de recurrir a la terapia de frío. 

 

Siempre bajo control médico 

Cuando se sufre una lesión siempre es necesario un diagnóstico médico. También es preciso hacer una consulta cuando se sufre un agravamiento de los síntomas de un problema conocido. La aplicación de calor o frío debe realizarse cuando se conoce el diagnóstico y bajo consejo profesional. No obstante, si cualquiera de los tratamientos empeora el dolor o la incomodidad hay que suprimirlo de inmediato. También es importante acudir al médico si aparecen hematomas o cambios en la piel durante el transcurso del tratamiento.