Croquetas de jamón: receta casera y fácil
¿Quieres elaborar unas deliciosas croquetas de aprovechamiento? Toma nota de esta receta detallada paso a paso.
Las croquetas de jamón son uno de los entrantes a los que nadie se puede resistir. Incluso, puedes convertirlas en el plato principal de una comida o cena familiar si las acompañas con una deliciosa y nutritiva ensalada.
Las croquetas tienen mucha tradición dentro de nuestra gastronomía, porque siempre han sido una receta de aprovechamiento. En este caso, puedes elaborarlas con algo de jamón que tengas por casa y sepas que no vas a consumir ya de otra manera, o incluso con jamón que haya sobrado al hacer un puchero o un cocido.
IMPORTANTE. Después de freír las croquetas, déjalas escurriendo en papel de cocina para eliminar el exceso de aceite. Esto hará que queden mucho más crujientes.
Tiempo: preparación de la masa, 35 minutos. Enfriado de la masa, mejor de un día para otro. Formar y freír las croquetas, 45 minutos.
Ingredientes para hacer croquetas de jamón
- 100 gramos de jamón serrano o jamón ibérico bien picado en trozos pequeños.
- 50 gramos de mantequilla.
- 1 cebolla picada muy fina.
- 100 gramos de harina.
- 500 ml de leche entera a temperatura ambiente.
- Sal y pimienta al gusto.
- Nuez moscada (solo una pizca).
- 1 huevo batido.
- Pan rallado.
- Aceite de oliva.
Preparación de la masa
La clave para hacer unas croquetas de jamón de aprovechamiento que sean deliciosas, es conseguir que la bechamel quede con la consistencia perfecta. Si utilizas justo las cantidades que hemos señalado, el resultado debería ser una masa cremosa, pero lo suficientemente consistente como para poder trabajar con ella a la hora de darle forma a las croquetas.
Empezamos picando tanto el jamón como la cebolla. Como en una croqueta no queremos encontrar tropezones demasiado grandes, vamos a cortar los trozos lo más pequeños posible. Para ello, podemos utilizar un cuchillo bien afilado o una picadora.
Cuando tengamos los ingredientes listos, ponemos una sartén a fuego medio con la mantequilla y esperamos a que se derrita. A continuación añadimos la cebolla picada y cocinamos hasta que esté transparente. Después, incorporamos el jamón y salteamos hasta que tenga un tono dorado.
Ahora empezamos a preparar la bechamel. Empezamos espolvoreando la harina sobre la mezcla de cebolla y jamón que tenemos en la sartén, removiendo muy bien para evitar que se queme y formar un roux. Cocinamos unos minutos para hacer que desaparezca el sabor a harina cruda.
Después vamos incorporando poco a poco la leche. Es importante que sea leche de vaca entera y que esté a temperatura ambiente, así conseguimos que la bechamel espese bien y no tenga grumos. También para evitar los grupos, mientras vamos añadiendo la leche, removemos de forma constante.
Cocinamos unos minutos a fuego medio sin dejar de remover. Añadiendo sal, pimienta y nuez moscada al gusto. Para un buen resultado, justo antes de retirar la masa del fuego, prueba la mezcla y decide si tienes que corregir de sal.
Enfriar la masa
Cuando se trata de hacer croquetas de jamón, enfriar bien la masa es tan importante como hacer una buena elaboración de la bechamel.
Pon la masa caliente en una bandeja o fuente y extiéndela. Cubre la bandeja totalmente con un papel film, asegurándote de que este toca ligeramente la masa y no quedan huecos sin cubrir. Para lograrlo, presiónalo un poco sobre la masa, pero sin exagerar.
Con este pequeño truco lo que conseguimos es que no se forme la típica costra que suele aparecer en la parte superior de la bechamel cuando cambia de temperatura. Dejamos enfriar, y cuando haya perdido temperatura, la ponemos a reposar en la nevera.
El paso de enfriar en nevera es imprescindible para que la masa adquiera una consistencia que nos permita manipularla después para hacer las croquetas. En principio, bastaría con tres o cuatro horas de frío, pero siempre es mejor dejar la masa reposar de un día para otro.
Darle forma a las croquetas de jamón
Cuando llegue el momento de formar las croquetas, sacamos la masa de la nevera. Aunque estamos acostumbrados a ver las croquetas en forma alargada y más o menos gruesa, lo cierto es que puedes darles la forma que quieras. Si te resulta más sencillo, puedes hacer croquetas redondas. También puedes utilizar un molde.
Una forma sencilla de dar forma a la croqueta es coger una porción de masa con una cuchara sopera, y después manipular esa pieza hasta que tenga la forma clásica. Puedes aplicar un poco de harina sobre la encimera, incluso en tus manos, para poder trabajar más cómodamente con la masa y que no se quede pegada.
Después, pasa la croqueta por pan rallado, por el huevo batido y de nuevo por el pan rallado. Sigue trabajando hasta que termines con toda la masa.
Freír las croquetas
Ya solo queda freír las croquetas de jamón, algo que no deberías hacer hasta que llegue el momento de degustarlas.
En una sartén, calienta un chorro de aceite de oliva a unos 180º C. Fríe las croquetas hasta que veas que están doradas por ambos lados.
Asegúrate de no poner demasiadas croquetas a la vez en la sartén para que no se peguen entre ellas. Esto puede hacer que se rompan y se salga el relleno. Lo mejor en estos casos en freír poco a poco.
Deja las croquetas reposar en una bandeja o plato con una base de papel absorbente. Pasados unos cinco minutos, emplata y ya las puedes llevar a la mesa para disfrutarlas.
Trucos para unas croquetas de jamón espectaculares
- Para un rebozado muy crujiente, después de pasar la croqueta por una primera capa de harina o pan rallado fino y luego por el huevo, vuelve a rebozar con una capa de pan rallado grueso.
- Deja las croquetas ya empanadas unos 10 ó 15 minutos en la nevera, para que el rebozado se seque un poco y se endurezca. Esto reduce el riesgo de que pueda romperse en la sartén.
- No pongas las croquetas en la sartén hasta que no compruebes que el aceite está bien caliente, para evitar que el pan rallado absorba más aceite del debido. Para saber si el aceite está caliente, prueba a sumergir un palillo de madera, si alrededor de él hay un burbujeo constante, ya puedes empezar a freír las croquetas de jamón.
- Si vas a tardar un rato en llevar las croquetas a la mesa, o si tienes que freír mucha cantidad, en lugar de dejarlas reposando en papel absorbente, ponlas en un colador. Esto evita que "suden" y se reblandezcan.
- Si fríes las croquetas congeladas, ponlas en la sartén con la temperatura un poco más baja, para evitar que se doren demasiado pronto por dentro y se queden frías por dentro.
¿Cómo congelar croquetas de jamón caseras?
Siendo este un plato de aprovechamiento, está claro que es importante saber qué hacer con las sobras. En este caso, lo recomendable es freír únicamente las croquetas que se van a consumir.
Si has hecho de más, puedes empanarlas y dejarlas listas. A continuación, ponlas sobre una superficie plana, una fuente o una tabla de cocina, y mételas así en el congelador. Evitando que las croquetas se toquen unas con otras.
Deja congelar durante unas horas. Después, puedes sacarlas y guardarlas en bolsas de congelación o en un táper de cristal. Como las croquetas ya se han endurecido, no se quedarán pegadas unas a otras ni se estropearán, y las tendrás a mano cuando te apetezca volver a disfrutarlas.
Aunque siempre es recomendable descongelar unas horas antes en la nevera, si se te ha olvidado, puedes freír las croquetas directamente congeladas.
Las croquetas de jamón son un plato delicioso difícil de resistir. Siguiendo los consejos que hemos visto, ya puedes hacer croquetas de cualquier cosa para aprovechar ingredientes que tengas por casa: pollo, restos del cocido, verdura, marisco, pescado... ¿Te animas?
Coberturas sujetas a lo indicado en las Condiciones Generales y Particulares de la póliza.